Tomar la vida, tomar a la madre

Tomar la vida, tomar a la madre

En el complejo tapiz de la existencia humana, pocas relaciones son tan fundamentales como la que compartimos con nuestra madre. Desde el momento de nuestra concepción hasta nuestra llegada al mundo y más allá, el vínculo con nuestra madre moldea nuestra experiencia de la vida en formas profundas y duraderas. En este artículo, exploraremos la filosofía de tomar a la madre, basada en las enseñanzas de Bert Hellinger, y cómo este camino hacia la aceptación y la gratitud puede enriquecer nuestras vidas en todos los aspectos.

El Vínculo con la Madre

 

El vínculo con nuestra madre va más allá de la mera conexión física. Es un lazo que se extiende hasta los niveles más profundos de nuestra existencia, influenciando no solo nuestras relaciones personales, sino también nuestra percepción de la vida en su totalidad.

Hellinger decía que todo ser humano sin su madre está perdido, que cuando se ha debilitado el vínculo con la madre, vas como perdido por la vida. Desde las Constelaciones Familiares lo que se trabaja es fortalecer el vínculo con ella, por encima de la relación que mantengas con ella, o hayas tenido; por eso se llama el «Camino hacia la Madre».

Si rechazamos a la madre, rechazamos inconscientemente la vida que viene de ella, y rechazamos nuestras relaciones, nuestro trabajo. Tomar a mamá significa que la aceptas tal y como es, significa que puedes salir de los juicios que haces o hiciste hacia ella. No quiere decir que tienes que ser su mejor amiga simplemente significa aceptarla a ella y su destino y sentir gratitud por haberte dado la vida.

Aceptación

 

Aceptar a nuestra madre tal como es implica un acto de profunda comprensión y compasión. Significa reconocer que ella hizo lo mejor que pudo con los recursos y el nivel de conciencia disponibles en ese momento. Al aceptar su humanidad y divinidad, abrimos la puerta a una nueva forma de relacionarnos con ella y con nosotros mismos.

Gratitud

 

La gratitud hacia nuestra madre va más allá de las acciones tangibles que haya tomado durante nuestra crianza. Se trata de reconocer el regalo más preciado que nos ha dado: la vida misma. Al expresar gratitud por su papel en nuestra existencia, integramos nuestra propia historia y nos conectamos con el latido de la vida que nos llega a través de ella.

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El Camino hacia la Madre

 

Emprender el camino hacia la madre no es un viaje fácil. Requiere confrontar nuestras propias expectativas y creencias, abandonar el juicio y la crítica, y abrazar la aceptación y la gratitud. Pero al hacerlo, nos abrimos a un flujo más armonioso de energía femenina en nuestras vidas, lo que se refleja en nuestras relaciones afectivas, profesionales y personales.

Tomar a la madre es más que un acto de reconocimiento; es un viaje de autoexploración y crecimiento personal. Al aceptar y agradecer el papel fundamental que juega en nuestras vidas, abrimos las puertas a una mayor plenitud y satisfacción. Como dijo Bert Hellinger «Quien tiene reparos con su madre, también los tendrá con la vida y con la felicidad». En última instancia, al abrazarla, abrazamos la esencia misma de la vida.

Te invito a considerar la posibilidad de explorar tu relación con tu a través de las Constelaciones Familiares, este enfoque terapéutico ofrece una oportunidad única para comprender y sanar las dinámicas familiares, incluido el vínculo con la madre.

Con gratitud, Nyrian Helena González

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